Agustinas de San Mateo

San Mateo es la capital del Maestrazgo.  Como colofon a una historia gloriosa, en julio de 1837 la visito Carlos V con su ejercito, alojandose en el palacio de los marqueses de Villores.  Tres dias paso la Expedicion Real en la villa antes de dirigirse hacia su destino ultimo de Madrid, con el fin de proclamar al Rey legitimo en la capital de las Espanas.

Desde el siglo XVI habita el monasterio de santa Ana una comunidad de clausura de Agustinas contemplativas.  Para su sustento material, actualmente elaboran una serie de pastas y otros dulces de chocolate.

Entre los tres mas vendidos del horno de las monjas se encuentran los Caprichos Dulcey (ver foto).  Se trata de un bocado, verdaderamente exquisito, de galleta de mantequilla con almendra caramelizada, unido por chocolate Dulcey.  Efectivamente, en la descripcion de ingredientes se comprueba que estas religiosas elaboran sus productos de forma totalmente natural, puesto que los Caprichos Dulcey se componen unicamente de harina de trigo, mantequilla, almendra, azucar y chocolate.

No tenia ni idea de lo que era el chocolate Dulcey.  Parece ser que fue creado en 2012, practicamente por casualidad, por el gran maestro chocolatero frances Frederic Bau, a partir de chocolate blanco caramelizado.

Confiemos en que lo que ni la invasion liberal napoleonica ni el odio ateo republicano lograron no lo consiga ahora la falta de vocaciones existente tras el Concilio Vaticano II.  Por el momento, quedan trece monjas, y eso con la incorporacion de varias hermanas procedentes de dos monasterios vascos y uno valenciano.  Como nos descuidemos, nos quedaremos sin Caprichos Dulcey. 

Dos funerales en enero

Durante el mes pasado han tenido lugar dos funerales relevantes.

El primero en el tiempo, el de don David-Maria Sassoli, presidente que fue del Parlamento Europeo hasta su  muerte.  Se trataba de un periodista de ideologia roja y, simultaneamente, tenido por catolico.  El ser humano es capaz de estas contradicciones en los terminos; en Italia, mas todavia.

La ceremonia tuvo lugar el 14 de enero en la basilica romana de Santa Maria de los Angeles y de los Martires, un magnifico templo construido por Miguel Angel sobre las termas en ruinas del emperador Diocleciano.  Asistieron tres cardenales, uno de ellos (el celebrante principal) tratandose del arzobispo de Bolonia, cardenal Zuppi, papable como se considera tambien al Vicario General de Roma, cardenal De Donatis.  El triunvirato de "concelebrantes" lo completaba el arzobispo de Florencia, cardenal Betori.

A pesar del incomparable marco y de la presencia de tres principes de la Iglesia, el sepelio del pobre finado, con categoria de funeral de Estado, fue una autentica chapuza y un atentado contra el buen gusto, sorprendente si no estuvieramos ya acostumbrados por culpa de la Misa nueva impuesta por Pablo VI despues del Concilio Vaticano II.  Hasta las personalidades invitadas (que no fieles), como por ejemplo la presidente de la Comision Europea y la sucesora del Sr. Sassoli en el cargo, se sentaban con las piernas cruzadas.  De Pedro Sanchez y de Charles Michel no anadimos nada, porque a estas alturas resultaria ya redundante.

Para colmo, antes de la Misa se defendio publicamente, desde el pulpito y con argumentos disparatados, la incineracion del cadaver, prohibidisima en la Iglesia hasta que Juan Pablo II reformo el Codigo de Derecho Canonico en 1983.  Ya veremos que pasa con la resurreccion de la carne de este hombre y de otros infelices.  Que yo sepa, dicho dogma no fue reformado en 1983.

Por el contrario, tan solo una semana despues, se oficiaba en la iglesia de San Nicolas del Chardonnet, en Paris, la Misa de requiem anual en reparacion por el martirio del rey Luis XVI a manos de los revolucionarios liberales.  Esto fue otra cosa.  Aunque sobre ella ya he escrito un articulo completo, no me resisto aqui a incorporar un video integro de la que tuvo lugar el ano pasado, verdaderamente esplendida.

Menuda diferencia entre las dos.  Lo dice todo sobre la reforma liturgica.  Juzgue si no el lector.