domingo, 6 de febrero de 2022

Agustinas de San Mateo

San Mateo es la capital del Maestrazgo.  Como colofon a una historia gloriosa, en julio de 1837 la visito Carlos V con su ejercito, alojandose en el palacio de los marqueses de Villores.  Tres dias paso la Expedicion Real en la villa antes de dirigirse hacia su destino ultimo de Madrid, con el fin de proclamar al Rey legitimo en la capital de las Espanas.

Desde el siglo XVI habita el monasterio de santa Ana una comunidad de clausura de Agustinas contemplativas.  Para su sustento material, actualmente elaboran una serie de pastas y otros dulces de chocolate.

Entre los tres mas vendidos del horno de las monjas se encuentran los Caprichos Dulcey (ver foto).  Se trata de un bocado, verdaderamente exquisito, de galleta de mantequilla con almendra caramelizada, unido por chocolate Dulcey.  Efectivamente, en la descripcion de ingredientes se comprueba que estas religiosas elaboran sus productos de forma totalmente natural, puesto que los Caprichos Dulcey se componen unicamente de harina de trigo, mantequilla, almendra, azucar y chocolate.

No tenia ni idea de lo que era el chocolate Dulcey.  Parece ser que fue creado en 2012, practicamente por casualidad, por el gran maestro chocolatero frances Frederic Bau, a partir de chocolate blanco caramelizado.

Confiemos en que lo que ni la invasion liberal napoleonica ni el odio ateo republicano lograron no lo consiga ahora la falta de vocaciones existente tras el Concilio Vaticano II.  Por el momento, quedan trece monjas, y eso con la incorporacion de varias hermanas procedentes de dos monasterios vascos y uno valenciano.  Como nos descuidemos, nos quedaremos sin Caprichos Dulcey. 

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